lunes, 31 de enero de 2011

Otra noche de tormenta, otra noche que me lo extrañaba. El viento movia los arboles de un lado a otro, nunca me acostuimbre al clima de Londres, siempre tan lluvioso, sin sol, era como las historias de los libros que tanto amaba.
Mire por la ventana, las gotas de lluvia golpeaban contra el cristal armando una dulce y melancolica melodia.
El sofa me invitaba a sentarme en el, acompañada de una taza de chocolate al lado de un bello hogar a leña junto a mi libro preferido, mi unica compañia desde que deje que se fuera aquella tarde de otoño. Sentia que lo aficiaba, que no era lo demasiado buena para el, siempre me reprocho que nunca deje que cumpliera sus sueños, que fuera el mismo. Por lo que luego de esa gran discucion se fue a cumplir sus deseos, dejanme a mi aqui. Esa tarde de otoño ,fue la mas triste de mi vida, pero debia reporne, tenia que luchar no solo por mi, sino por el tambien, por el pequeño pedazo de vida que crecia en mi vientre, ese pedazo de amor y cariño que alguna vez nos tuvimos. Aun me reprocho por no habercelo dicho, pero creo que fue la mejor opcion no habercelo , no atarlo con nada a mi, ya que el era indomable. Recordar esos momentos hicieron que un par de lagrimas reveldes calleran por mis mejillas hasta caer en el cuello de pullover. Basta me dije a mi misma, ahora mira hacia el futuro, piensa en el pequeño Lee, a el no le hara bien que estes asi. Me aleje de esa bendita ventana dejando de esperar que el venga a protegerme de mi miedo, el viento, si era una pequeña brisa era hermoso, pero con un poco mas de fuerza siempre me inquietaba. Me acerque a aquel sofa, tome mi libro y a la luz de los leños, me puse a leer pausadamente mientras de fondo, tenia el viento y la lluvia azotando la ciudad. He de decir que mi vientre era un comodo apoyo libro, causando una ligera carcaja que rozono en toda la cabaña. Poco a poco me fue adentro en los brazos de morfeo, inconcientemente lleve mis brazos a mi vientre, solamente para acunarlo, protegerlo de todo mal.

Una brisa choco contra mi cara probocando un par de escalofrios haciendo que me acurruque un poco mas para poder concervar el calor, pero senti como que alguien se acercaba a mi, eso es una locura penso la parte mas racional mia, solamente hay una persona que posee un juego de llaves de este lugar,y no tengo esperanzas que vuelva aqui. Pero la sensacion de no estar sola me volvio a invadir, debe ser parte del embarazo pense, por lo que segui durmiendo. El frio se empezo a apoderar de mi por lo que empeze a tiritar, una manta me cubrio, una manta con un olor, un perfume que aun sentia inpregnado en cada parte de la cabaña, entonces el estaba aqui? yo no podria imaginar su perfume?.
Una caricia suave como una pluma recorrio mi pomulo hasta mis labios deliniandolos, un suspiro salio de unos labios de un desconocido aun para mi. Su otra mano se pozo en mi avultado vientre, acariciandolo con ternura no antes de soltar una carjada de alegria. Entonces ahi comprendi que el estaba aqui, podia ver su sonrisa aun con los ojos cerrados, la forma en que sus ojos se achinaban al reir. Senti su aliento, rozar mi oido, surrando - Aun nose como no me di cuenta que mi hogar era aqui junto a mi familia. No podia sostener mas que esta en un profundo sueño, ya que las estupidas lagrimas y mi sonrisa me rebelaron. Por lo que abri mis ojos lentamente para encontrarme con el perfecto angel que me robaba el aliento aun. La sala solamente se encontraba escasamente iluminada, pero sus ojos, eran dos faroles para de esperanza para mi. La lagrimas no paraban de adornar mis mejillas, era el, esta aqui. a escasos centimetros de mi rostro.
- Lo siento- fue lo primero que salio decir, pero cuando estaba por continuar sus labios se unieron a los mios, en un magico beso, como aquel inolvidable primer beso. Poco a poco nos fuimos separando,un brillo especial iluminaba sus ojos.
-Cuando me pensabas decir esto?- dijo con una sonrisa acariciando mi vientre.
- No queria darte otra razon para tenerte atado a mi, corcel indomable- dije sonriendo sin poder creer aun.
- No tienes que atarme -me dijo luego de sacar a la vista de mi vientre- siempre fui tuyo, y siempre lo sere, solo tenia que darme cuenta de donde estaba mi hogar. Nuestros labios se volvieron a unir, esos labios adictivos, mi droga.
- Su nombre es Lee- dije mirando mi vientre, logrando una carcajada se su parte.
- Lee Poynter- dijo el sonriendome.

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